De vez en cuando, el periódico "La Razón", que aparecía en Tucumán en la década de 1870, publicó documentos históricos que guardaban algunas familias de la ciudad. Uno de ellos consta en la edición del 1° de enero de 1879. La transcripción, titulada "El general Belgrano", estaba precedida por la advertencia de que era "copia de una carta autógrafa, cuyo original existe en poder de persona expectable de nuestro mundo político".
La misiva estaba firmada por el general Manuel Belgrano, entonces jefe del Ejército del Norte. La fechaba en Jujuy, el 18 de marzo de 1813, tres semanas después de su triunfo en Salta, y la dirigía a Tucumán, al futuro obispo, doctor José Agustín Molina. El texto era revelador del espíritu de modestia que caracterizó siempre al prócer. A continuación, lo reproducimos con leves retoques ortográficos.
"Mi estimado Doctor: Soy ingenuo y no crea usted que es modestia que le diga que no soy merecedor de tanto elogio. ¿Por ventura he hecho más de lo que corresponde a mi obligación de un ciudadano que las circunstancias han puesto a la cabeza de un Ejército? Ciertamente que no. ¿Para qué pues elogiar a un hombre que cumple con sus deberes?".
"Permítame usted que le diga que esto se resiente de unas costumbres propias de la esclavitud en que vivíamos, y que sólo sirven para ir infatuando a los hombres y conducirnos al despotismo".
"Porque, desengañémonos, al fin no somos de piedra; pídole a usted, pues, que ruegue al Todopoderoso me llene de humildad; con eso no caigo en la tentación de pensar, algún momento, que soy algo más que un hombre cualquiera. Soy de usted afectísimo, Manuel Belgrano".